El gobierno italiano decidió el miércoles excluir a las personas no vacunadas de ciertas actividades de esparcimiento, con el fin de contener el incremento de las infecciones con coronavirus y prevenir encierros financieramente dañinos justo cuando la economía comienza a crecer de nuevo.
A partir del 6 de diciembre, solamente las personas con prueba de vacunación o de haberse recuperado del COVID-19 pueden comer en interiores de restaurantes, ir al cine o a espectáculos deportivos, excluyendo con ello la posibilidad de acceder a esas ocasiones con solamente una prueba negativa.
Un nuevo decreto del gobierno hizo además obligatorias las vacunas para empleados de las agencias de policía, las fuerzas armadas y las escuelas, entre otros. Hasta ahora, las vacunas eran requeridas solamente para trabajadores de salud y los empleados de los hogares de ancianos.