El Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) hoy más que nunca peligra su prolongación para los salvadoreños que se encuentran en condición ilegal en los Estados Unidos.
Dicho tratado data desde el año 2001 como una medida paliativa proporcionada por los Estados Unidos a pobladores de un determinado país que haya sufrido estragos de gran magnitud, y es de recordar que en el referido año, El Salvador tuvo dos terremotos, el del 13 de enero y el del 13 de febrero.
Hoy en día la prolongación de dicho tratado está en tela de juicio debido a que sectores de Estados Unidos argumentan que los salvadoreños, ya gozaron de un beneficio temporal, mientras un país se repone de cualquier estrago, sin embargo, ningún gobierno de El Salvador desde el 2001 hasta la fecha, instauró una medida integral para estar preparados cuando el TPS finalizara, por lo cual la posibilidad de la no prolongación se ha vuelto un tema de suma preocupación.
Ante ello, el gobierno de El Salvador administrado por el FMLN ha hecho lo propio a través de las gestiones del canciller, Hugo Martínez, para lograr otro prolongación de 18 meses más, lo mismo han gestionado los diputados de las diferentes corrientes en la Asamblea Legislativa, pues es un tema que ha sobrepasado las diferencias políticas.
No obstante, la prolongación se complica principalmente cuando el FMLN en sus actos proselitistas arremete contra los Estados Unidos, como argumento de una lucha ideológica mundial, incluso el virtual presidente de la República por el partido rojo, Gerson Martínez, ha estado presente en actos de dicha índole.
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Al final, las esperanzas están centradas en la voluntad de los Estados Unidos en seguir beneficiando a El Salvador con el TPS, de no lograrse, muchos salvadoreños protegidos por el tratado serían deportados, lo que vendría a complicar más la crisis de la falta de empleos.