La Policía Nacional de Nicaragua acusó este viernes al arzobispo Rolando José Álvarez Lagos, obispo de Matagalpa, por presuntamente liderar grupos violentos para incitarlos a cometer actos de odio hacia el pueblo.
Autoridades nicaragüenses acusan al monseñor de crear un ambiente de zozobra y desorden con el objetivo de desestabilizar al Estado de Nicaragua y atacar a las autoridades constitucionales. Además, esta semana, el gobierno de Daniel Ortega cerró varias estaciones de radio católicas y despojó a los líderes religiosos de su libertad, obligándolos a permanecer en sus iglesias.
Por el momento, ni la Conferencia Episcopal Nicaragüense ni el Vaticano se han pronunciado al respecto. La Diócesis de Managua emitió la noche del viernes un comunicado donde expresó “su cercanía” hacia Álvarez y sus sacerdotes “ante las circunstancias difíciles que están viviendo”.
