La preocupación además de ser documentada por el también escritor, ha sido respaldadas por organizaciones ambientalistas de El Salvador que han instado a prohibir constitucionalmente la minería metálica ante el temor de que el Congreso, que desde mayo estará controlado por la derecha, derogue una ley en ese sentido aprobada hace un año.
Galeas recuerda que a principios de noviembre de 2015, Bill Clinton, Frank Giustra y Carlos Slim fueron invitados por Carlos Calleja, lo que se dijo oficialmente fue que esa visita tenía el objetivo humanitario de ayudar a muchos salvadoreños a salir de la pobreza. Pero, a juicio del analista Geovani Galeas, esto parece ser una mentira.
“Hay sobradas razones para creer que, detrás del pretexto caritativo, y de supuesta responsabilidad social empresarial, se ocultaba el afán de hacer grandes negocios en El Salvador en rubros abiertamente rechazados por las comunidades rurales, la iglesia católica y los activistas ambientalistas y de derechos humanos”, señala.
Clinton/Giustra/Slim llegaron a Colombia en 2010, ofreciendo, “sin fines de lucro” por supuesto, un fondo de 20 millones de dólares para ayudar a pequeños agricultores con un modelo similar instalado por Calleja, como socio local. Más tarde, Colombia denunciaba la instalación de un negocio petrolero.
“Un informe del American Media Institute reveló que los proyectos de la Fundación Clintonen Colombia le abrieron las puertas a Frank Giustra, principal donante de aquella Fundación, para comprar tierras y abrir un negocio petrolero llamado Pacific Rubiales”, se leía en el New York Times.
“¿No es eso mismo lo que ocurrirá en El Salvador con la la Fundación Clinton/Giustra/Slim si, eventualmente, su socio y amigo local Carlos Calleja se convirtiera en presidente de la república? La respuesta cae por su propio peso sencillamente porque de eso se trata precisamente el negocio AOL”, analiza Galeas.
En otro panorama, el libro “Clinton Cash”, sostiene que mientras Hillary Clinton fue secretaria de Estado en la Administración de Obama, habría otorgado beneficios especiales, en términos de grandes oportunidades de negocio, a los principales donantes de la Fundación Clinton, presidida por su esposo Bill.
Entre los donantes, destaca Frank Giustra, el magnate minero canadiense que demandó al Estado salvadoreño, ante un tribunal internacional por casi 300 millones de dólares, por no permitirle explotar un yacimiento de oro en nuestro país. El mismo al que Carlos Calleja invitó a San Salvador.
Estos elementos son los que dan paso a la desconfianza del analista y de algunos sectores sociales.