Las elecciones estadounidense están cada vez más cerca dejándonos, en mi opinión, una sensación de retroceso en la forma de hacer campañas.
Esta ha sido una campaña que sin duda va a dejar secuelas sociales y políticas. Las campañas han apelado más a sentimientos y temores de los electores que a razonar el voto. Durante la presente contienda electoral se ha hecho notorio el agotamiento de la política tradicional pero que tristemente ha querido ser sustituido con el populismo de izquierda o derecha, perdiéndose una valiosa oportunidad para elevar de nivel la forma de hacer política dándose en la práctica el efecto contrario.
A pocos días de la fecha de elecciones es bueno tomarse el tiempo y meditar sobre nuestra decisión de: si votar o no y en caso afirmativo, por quién votar?
Dentro de la importancia que significa decidir a quien darle nuestro voto vale la pena hacer una evaluación más racional teniendo en consideración varios aspectos:
Se están eligiendo personas, por lo tanto todos los candidatos son seres imperfectos. Nunca ha existido un candidato perfecto. Hay postulantes con mejores credenciales que otros. Siempre hay personas de acuerdo con alguno de ellos y otros en desacuerdo con todos los candidatos en contienda. Hay quienes no creen en las elecciones y no votan, dando la oportunidad que sean otros los que eligen por ellos. Por eso dejar de votar no es solución.
Ninguno de los candidatos es 100% bueno o 100% malo. Para los que venimos de Latinoamérica estamos cansados de que en nuestros países nos vendan a nuestro candidato como santo y al rival como el diablo. Nada más alejado de la verdad.
Gane quien gane, Estados Unidos seguirá siendo el corazón del capitalismo en el mundo, país dónde millones quieren llegar para procurarse una vida mejor, aunque los que vienen se declaren capitalistas, fascistas, comunistas o profesen cualquier religión o incluso se declaren ateos. El mundo lo que aprecia en la práctica es que en este país, sin ser perfecto, hay suficientes oportunidades para todos, las cuales se dan en un ambiente mayor de LIBERTAD.
Para evitar ser víctimas de pasiones cegadoras hay que informarse. Para los que más saben del sistema electoral estadounidense (o creen saber) la tarea es ayudar a los menos informados y mostrar con su ejemplo que es posible disentir en un ambiente civilizado, en otras palabras mostrar respeto y tolerancia ante la diversidad. Solo los dictadores quieren que todos pensemos y actuemos igual.
Para los que vivimos en Estados Unidos es importante recordar que gane quien gane, el miércoles 9 de noviembre tendremos que trabajar normalmente para alcanzar nuestro bienestar personal y el de nuestras familias.
Para las personas que ven las elecciones fuera de Estados Unidos, es recomendable tener en cuenta lo siguiente:
Se equivocan los que creen que el partido Republicano apoya a los de derecha y los Demócratas a los de izquierda del resto de países, No! No! y No! Republicanos y Demócratas hacen lo que todos los gobiernos debieran hacer: velar por los intereses de su propio país. El sexto presidente de Estados Unidos John Quincy Adams emitió una frase que se convirtió en un axioma para los gobernantes de este país:
“Estados Unidos no tiene amigos permanentes, sino intereses permanentes”. La frase ha sido ampliada y hoy dice “Estados Unidos no tiene amigos permanentes ni enemigos permanentes, solo intereses permanentes”. Así que creer que Donald Trump o Hillary Clinton tienen como prioridad salvar terceros países es solamente un deseo ingenuo.
En Estados Unidos la política es algo mucho más complejo que izquierdas y derechas como se simplifica la política en muchos de nuestros países de origen. Acá todo gira entorno a los intereses propios de cada estado o cada condado, “toda política es local” dicen los expertos, por eso es frecuente que los legisladores voten en contra de la línea de su partido pero apegados a los intereses de sus electores. Lo que es bueno en California no necesariamente es bueno en Wisconsin, por decir algo.
Domésticamente la plataforma entre partidos y candidatos se diferencia por asuntos de política fiscal y de libertades civiles, diferencias enmarcadas en un amplio rango.
Así que mi recomendación es infórmese y vote por el candidato que a su juicio se identifica más con los interés de usted. Olvídese de marcas de partido. La política al final se trata de defender los intereses propios con beneficios colectivos, es bueno que usted haga entonces lo propio.
Buena suerte con su elección.
Por: Luis Montes Brito