Reportaje especial de Geovani Galeas
Después de todos los datos duros presentados en las dos entregas anteriores de este reportaje, es necesario insistir en una pregunta crucial: ¿A qué vinieron en realidad a El Salvador Bill Clinton, Frank Giustra y Carlos Slim a principios de noviembre de 2015 e invitados por Carlos Calleja?
Lo que se dijo oficialmente fue que esa visita tenía el objetivo humanitario de ayudar a muchos salvadoreños a salir de la pobreza. Pero eso al parecer era solo una mentira.
En la página oficial de la Fundación Carlos Slim, en la entrada correspondiente al 9 de noviembre de 2015, se lee lo siguiente al respecto: “Hace dos años se iniciaron las pláticas para establecer la empresa Acceso Oferta Local, AOL, que comparte la misma visión con el grupo empresarial salvadoreño Calleja. La Fundación Clinton/Giustra/Slim Enterprise Partnership, constató el trabajo con los agricultores a través de AOL que es proveedora de Súper Selectos”.
Sin embargo, como ya he dicho antes, hay sobradas razones para creer que, detrás del pretexto caritativo, y de supuesta responsabilidad social empresarial, se ocultaba el afán de hacer grandes negocios en El Salvador en rubros abiertamente rechazados por las comunidades rurales, la iglesia católica y los activistas ambientalistas y de derechos humanos…. ¿Qué es en realidad AOL?
La farsa y la estafa
Como una réplica del viejo cuento de cambiar espejitos por oro,
En aquél momento, Colombia estaba en plena campaña electoral, y el candidato oficialista a la presidencia era Juan Manuel Santos, a quien los tres encumbrados visitantes dieron abiertamente su respaldo. Pero la verdad detrás del asocio entre los tres visitantes y el candidato presidencial quedó al desnudo cuando el New York Post, el 15 de octubre de 2016, publicó un reportaje titulado: “La Fundación Clinton está más preocupada por el amigo de Bill que por los pobres de Colombia”.
Vale la pena citar varios de los párrafos principales de la denuncia formulada por aquél rotativo norteamericano:
“Un informe del American Media Institute reveló que los proyectos de la Fundación Clinton en Colombia le abrieron las puertas a Frank Giustra, principal donante de aquella Fundación, para comprar tierras y abrir un negocio petrolero llamado Pacific Rubiales.
“Pero los sindicalistas locales acusaron a los programas de la Fundación de causar daño ambiental, desplazar a los pueblos indígenas y concentrar las reservas de petróleo y gas natural de Colombia en manos de Giustra. ‘Lo único que ellos hacen aquí es explotar la pobreza y extraer dinero’, denunciaron los sindicalistas colombianos según el informe citado.
“El senador colombiano Jorge Robledo dijo: ‘El territorio donde Pacific Rubiales operaba era una especie de campo de concentración para los trabajadores’. Mientras todo eso ocurría, Bill Clinton jugaba golf en el Bogotá Country Club con Giustra y con el ya presidente Juan Manuel Santos”.
Y no bastaría con decir que Geovani Galeas está equivocado en su información y sus apreciaciones, pues le recuerdo que se trata de información y apreciaciones, que he citado textualmente y que son perfectamente verificables, de medios como el Washington Post, New York Times, Wall Street Jornal, New York Post, CNN, Fox, USA today y American Media Institute, entre otros muchos.
Por último, y para reafirmar de modo irrefutable la seriedad de esta cuestión tan peligrosamente ligada a un posible futuro nacional, debo agregar que mientras preparaba esta última entrega del reportaje, el día 14 de este mismo mes en curso, los principales medios de prensa del mundo entero dieron la siguiente noticia: “El Departamento de Justicia, de Estados Unidos, dispuesto a nombrar a un fiscal especial que investigue a Clinton.
“Entre los objetivos de esta investigación figuran los manejos de la Fundación Clinton y el espinoso acuerdo que permitió en 2013 a un monopolio hacerse con el control de Uranium One de Rusia, una compañía cuyo dueño había donado 2,35 millones de dólares a la Fundación Clinton”. Por supuesto, el inseparable amigo Frank Giustra no será ajeno a esa investigación que comenzará por Rusia y seguramente se extenderá a otros países como Colombia ¿y El Salvador también?.
Entonces lo dicho: Clinton, Giustra y Slim podrán ser muy amigos del señor Carlos Calleja, pero con amigos así El Salvador no necesita enemigos.
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