Un fenómeno que solo en películas y libros se había visto a este nivel, se comienza a hacer realidad. El Banco Mundial (BM) ha dedicado un reciente informe a analizar el efecto de la automatización en el mercado laboral- la también llamada Cuarta Revolución Industrial- de 41 naciones, entre ellos El Salvador, un país donde tres de cada cuatro personas corren el riesgo de perder su empleo y ser sustituidas por un robot.
Según el “Informe sobre el desarrollo mundial 2016: Dividendos digitales”, el 75.07 % de los salvadoreños corre el peligro de perder su empleo a causa de la automatización de los procesos laborales.
Sin embargo, el estudio aclara que debido a los bajos costos salariales en El Salvador, no se vería afectado en la magnitud prevista para los países desarrollados, donde los salarios son elevados. Asimismo, el nivel de tecnológico del país no se presta para cubrir todos los puestos laborales que podrían ser afectados. Por ello, el Banco Mundial calcula que el 46.37 % de los empleos enfrenta la posibilidad real de ser sustituido en El Salvador, pero no deja de ser alarmante pues cerca de la mitad de los empleos podrían ser ejecutados por robots.
Las ocupaciones que implican tareas arduas, repetitivas o peligrosas son las más vulnerables a este cambio, indica el BM. Según datos un estudio de la Universidad de Oxford, “El futuro del empleo: ¿Qué tan susceptibles son los trabajos a la computarización?”, el 98 % de los ejecutivos de crédito en los bancos podrían ser sustituidos por robots, siendo esta la ocupación más susceptible a la Cuarta Revolución Industrial.
El 96 % de las recepcionistas o el 94 % de los asistentes legales tendrían la misma suerte, así como el 92 % de los vendedores en tiendas minoristas, el 89 % de los conductores de taxis y choferes; o el 84 % de los guardias de seguridad, el 81 % de los cocineros o empleados de restaurantes de comida rápida, e incluso el 77 % de los bartenders.
Sin embargo, las computadoras son incapaces de compararse con los seres humanos en algunas tareas, y los expertos de Oxford han identificado en su estudio a esas excepciones: cirujanos dentales, maquillistas, quiroprácticos y bomberos están entre los empleos con pocas probabilidades de ser sustituidos por máquinas. También los coreógrafos, los curadores y directores de arte se salvarían de los robots, así como los trabajadores en el área de salud mental, enfermeras, entrenadores, scouts y los clérigos.
No obstante, el Banco Mundial advierte que “nadie puede predecir el impacto total del cambio tecnológico en las próximas décadas, que puede ser más veloz y más amplio que los anteriores”. Por ello, añadió, debe quedar claro que “los funcionarios responsables de elaborar políticas se enfrentan a una carrera entre la tecnología y las habilidades, cuyos ganadores serán quienes alienten el desarrollo de nuevas competencias, de modo que todos puedan beneficiarse con las oportunidades digitales”.