La Agenda de Desarrollo 2030, aprobada por los líderes de los países que integran la Organización de las Naciones Unidas, es un plan de acción en favor de las personas, el planeta y la prosperidad. Dentro de esta agenda se crearon los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que representan una oportunidad histórica para unir a los países y las personas de todo el mundo y emprender nuevas vías hacia el futuro. Los ODS están formulados para erradicar la pobreza, promover la prosperidad y el bienestar para todos, proteger el medio ambiente y hacer frente al cambio climático a nivel mundial.
Nosotros nos centraremos, específicamente, en la inversión en infraestructura digital (en particular, la inversión en telecomunicaciones) y como esta puede contribuir a la erradicación de la pobreza y la desigualdad en las sociedades.
En una era con tantos desarrollos tecnológicos y avances, un mayor acceso a Internet y a la comunicación telefónica puede facilitar informarnos sobre oportunidades laborales y acceder a recursos educativos, lo que aumenta las posibilidades de salir del ciclo de la pobreza. La infraestructura digital y las tecnologías colaboran con la sostenibilidad agrícola y mejoran la seguridad alimentaria. Las telecomunicaciones, son una puerta para colaborar en la reducción de la desigualdad, ya que ayudan a conectar áreas remotas y brindan a los países menos desarrollados y a las comunidades rurales oportunidades de trabajo y acceso gratuito al conocimiento.
En América Latina y El Caribe se está viendo un alza en la inversión que algunos países están realizando en temas de telecomunicaciones; como ejemplo México, Argentina y Colombia son los que más han invertido, mientras que Surinam, Bolivia y Honduras los que menos inversión acumulada ostentan.
Hay que reconocer que el correcto uso o aplicación de las tecnologías actuales en diferentes ámbitos de la sociedad, puede ayudar a un rápido desarrollo; por ejemplo, la tecnología puede monitorear las condiciones ambientales y del suelo, lo que reduce los posibles daños a los cultivos y mejora la productividad agrícola. También permite que los agricultores accedan a información y conocimientos capaces de optimizar la productividad y el rendimiento de sus cultivos, como los tratamientos agrícolas y el pronóstico del tiempo. Estos sistemas los ayudan a reducir costos de producción y residuos mediante un mejor uso de los insumos. Además, la tecnología puede aumentar los rendimientos, al facilitar la toma de decisiones con datos más precisos.
Uno a uno podríamos explicar como la aplicación de una infraestructura digital mejora áreas específicas de la sociedad, pero lo importante es reconocer, dada la evidencia basada en el desarrollo de otros países de América Latina, que las inversiones en telecomunicaciones fomentan el desarrollo sostenible y deben ser fuertemente incentivadas.