El criminólogo Ricardo Sosa, dijo que en torno a la Policía Rural se han dado un conjunto de desaciertos sobre su operatividad y disposición. “Fue un error enviarla a que dependiera de las delegaciones”, dijo sobre los últimos cambios que la actual gestión acordó, pasando de ser subdirección a división.
“En años atrás la Policía Rural tenía su independencia, y la aceptación a nivel de los ciudadano fue del más alto nivel”, explicó Sosa.
En 2016 y durante la gestión del presidente Salvador Sánchez Cerén, se tomo la decisión de convertir la Policía Rural en una división de la subdirección de investigaciones, restando fuerza y capacidad de actuación.
Al dejar de lado la labor de la Policía Rural y su capacidad en cuanto a control territorial, el problema es que los delincuentes han migrado desde el gran Salvador a las zonas rurales del país a delinquir y a fortalecer su accionar.
Por otro lado, hay otro factor que se ha intensificado durante los últimos años y es que dentro de la población, también está el sector productivo, agricultores y campesinos que necesitan y trabajan desde una tarea hasta numerosas manzanas y que han sido extorsionados y amenazados.
“Cañeros, ganaderos, caficultores, pequeños agricultores han tenido que realizar su propia inversión en seguridad por la alta presencia de grupos delincuencias con alto número de armas y control del territorio”, añadió el criminólogo.
Sosa dijo que es necesario que la policía sea fortalecida y empoderada. Por otro lado sobre el comportamiento de los homicidios, dijo que tienen una alta complejidad pero es evidente que al revisar las cifras de homicidios y el origen, siempre aparecen municipios y lugares fuera del gran San Salvador.
Lo más preocupante, según el experto, es que del número de homicidios, entre el 65% y 70% son personas trabajadoras que no tienen nada que ver con estructuras criminales.
