La administración Bukele ha impulsado una transformación profunda en el sistema penitenciario, cerrando cuatro centros penales obsoletos, reduciendo el hacinamiento carcelario y mejorando las condiciones en los recintos actuales.
Además, se ha dignificado la labor policial con mejores salarios, beneficios, ascensos y herramientas de trabajo. Por primera vez en décadas, el personal de seguridad cuenta con el respaldo total del Estado y el respeto de la ciudadanía.
Este cambio estructural ha sido clave en la recuperación del control territorial y en la consolidación de la paz.