El Organismo Internacional para las Migraciones de la Organización de Naciones Unidas (ONU), ha contribuido a repatriar a más de 453 centroamericanos, entre ellos algunos niños, que pidieron la ayuda para volver a sus países de origen.
Un cantidad similar se encuentra en línea de espera para ser deportados con la ayuda de Naciones Unidas. Esto luego de que el pasado domingo, las tropas estadounidenses que resguardan la frontera dispararan balas de goma y rociaran gases lacrimógenos a unos 500 migrantes que intentaron, en estampida y a la fuerza, cruzar el muro que divide México de Estados Unidos.
Estos migrantes forman parte de varias caravanas que salieron desde el 13 de octubre de Honduras, con la intención de llegar a Estados Unidos, en busca del famoso sueño americano, que les permita llevar una vida digna y oportunidades de trabajo que no encuentran en los países centroamericanos, sobre todo los que integran el llamado Triángulo Norte, Guatemala, Honduras y El Salvador.
Desde su llegada a México, casi 6,000 migrantes, en su mayoría familias con niños, han vivido a la intemperie o en condiciones de hacinamiento en un albergue que las autoridades de Tijuana improvisaron en un barrio marginal, a unos metros del muro fronterizo.