El nuncio apostólico en El Salvador, monseñor Santo Rocco Gangemi, ofició una misa de acción de gracias por la canonización del primer santo de El Salvador, San Óscar Arnulfo Romero, canonizado este domingo por el papa Francisco, en una ceremonia especial llevada a cabo en la Basílica y Plaza de San Pedro, en El Vaticano.
El oficio religioso, para agradecer a Dios por conceder a El Salvador la gracia de tener su primero santo, ha sido llevado a cabo, justamente, en la capilla del hospital para enfermos de cáncer, Divina Providencia, lugar donde el 24 de marzo de 1980, una bala calibre 22 explosivo, disparada por un franco tirador pagado por el fundador de ARENA, Roberto d’Aubuisson, segó la vida del obispo mártir, según consta en documentos de El Vaticano.
«Mi sueño es que construyamos una iglesia según el corazón de Cristo… Guardando los mandamientos, con espíritu de pobreza y desprendimiento y siguiendo a Jesús», expresó el nuncio al leer un fragmento de una de las homilías pronunciadas por monseñor Romero.
San Óscar Arnulfo Romero, Obispo y Mártir, también conocido como San Romero de América, fue elevado a los altares justo a las 2:40 de la madrugada de El Salvador, 10:40 de la mañana en Roma, Italia, en una ceremonia en la que el papa Francisco al levantar el cáliz para consagrar el vino, recordó el momento en que Romero lo hizo aquél 24 de marzo de 1980, instantes antes de ser abatido por su asesino.