Juan Orlando Hernández asume este sábado su segundo mandato objetado por gran parte de su pueblo, al considerar que se impuso en los comicios de noviembre pasado mediante un fraude fraguado en complicidad con el Tribunal Supremo Electoral.
Denuncias que la Alianza de Oposición contra la Dictadura, liderada por el excandidato Salvador Nasralla, interpuso tanto en espacios nacionales como internacionales y que provocó que gran parte de la ciudadanía se lanzara a las calles en defensa de la voluntad popular expresada en las urnas.
Desde entonces las protestas, fuertemente reprimidas, se han sucedido a lo largo y ancho del país y han costado la vida a una treintena de hondureños, en medio de la indignación popular.
En tanto, Nasralla aseguró que no claudicará, como tampoco lo hará el pueblo, cuya voluntad -subrayó- debe ser escuchada y respetada.
Trabajaremos nacional e internacionalmente hasta que el fraude sea revertido. Nuevas elecciones es la única salida para traer paz al pueblo y esto solo será posible por la presión en las calles’, expresó.
En medio de todo, los grandes medios de comunicación mantienen un perfil bajo en torno a la crisis postelectoral en Honduras, mientras determinados gobiernos y organismos internacionales hacen la vista gorda sobre los hechos ocurridos en la nación centroamericana.
Para muchos tal situación resulta impresentable, al tiempo que erosiona fuertemente la credibilidad de las instituciones internacionales que guardan silencio ante las denuncias e irregularidades presentadas durante el proceso electoral.