La primera ministra británica, Theresa May, activó hoy el proceso de separación del Reino Unido de la Unión Europea, el denominado «Brexit», al comunicar oficialmente a Bruselas la intención del país de abadonar el bloque.
«Es un momento histórico y de no retorno. El Reino Unido abandona la UE, tomaremos nuestras propias decisiones», afirmó May ante el Parlamento británico. «Yo quiero que el Reino Unido emerja mucho más fuerte, más justo y más unificado», añadió.
Casi simultáneamente, el embajador británico ante la UE, Tim Barrow, entregó la carta pertinente a las autoridades comunitarias en Bruselas. Con ello queda abierto el camino para la negociación del «Brexit», nueve meses después de que el 52 por ciento de los británicos votasen en referéndum a favor de abandonar la UE.
May aseguró que abandonar las instituciones comunitarias no significa abandonar Europa y aseguró que el Reino Unido seguirá trabajando «para que los valores europeos no se pierdan». «Seguiremos siendo socios fiables, aliados, amigos», afirmó. «Nos interesa a todos que el Reino Unido y la UE sigan siendo fuertes».
La premier mostró el deseo del Reino Unido de alcanzar «un acuerdo de libre comercio ambicioso con la UE, para que las empresas tengan la mayor libertad para operar y comerciar». Además, reivindicó la necesidad de conseguir un mundo más seguro ante las amenazas del extremismo y el terrorismo, justo una semana después de que un atacante matase a cuatro personas ante el Parlamento británico.
Las negociaciones se prolongarán durante dos años y en ellas se negociará sobre más de 20,000 leyes. También se determinará el estatus legal de los británicos que ya viven en países de la UE y de los ciudadanos comunitarios que residen actualmente en Reino Unido.
En ese sentido, May afirmó que una de sus principales prioridades es «defender el derecho de los comunitarios que ya viven en el Reino Unido pero también los derechos de los británicos que viven en otros países».
Desde Bruselas, el Consejo Europeo afirmó que su prioridad es «minimizar la incertidumbre provocada por la decisión del Reino Unido». «En estas negociaciones, la Unión actuará unida y preservará sus intereses», afirmó en un comunicado el Consejo, que representa a los países del bloque.
Desde otras capitales europeas llegaron mensajes de tranquilidad ante el inminente «divorcio». «El Gobierno alemán está bien preparado para este proceso y se va a poder posicionar en todas las cuestiones que surjan», indicó la viceportavoz del Ejecutivo germano, Ulrike Demmer.
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El jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, mandó un mensaje de «tranquilidad, confianza y serenidad» y aseguró que la «primera prioridad es minimizar la incertidumbre».
«El objetivo más importante del Gobierno es que ningún ciudadano se vea afectado por esta decisión adoptada por los ciudadanos de Reino Unido en referéndum», añadió. En el Reino Unido viven y trabajan unos 200.000 españoles, mientras que en España residen unos 300,000 británicos.
«No hay nada que ganar en este proceso. En esencia, se trata de contener los daños», alegó también el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, que vaticinó que se tratará de unas negociaciones difíciles.
«No hay motivos para fingir que este es un día feliz, ni en Bruselas ni en Londres», afirmó el político polaco, que concluyó su comparecencia asegurando: «Ya os echamos de menos. ¡Gracias y adiós!».
Los otros 27 países de la UE delinearán su posición negociadora en una cumbre extraordinaria que se celebrará el 29 de abril y Tusk anunció hoy que este viernes dará a conocer su propuesta de líneas maestras para esas conversaciones.
«Nos aproximaremos a estas conversaciones de forma constructiva y nos esforzaremos por conseguir un acuerdo», afirmó el presidente del Consejo Europeo, mientras que May mostró un acercamiento «de cooperación sincera» hacia esas negociaciones y se mostró dispuesta a conseguir objetivos «de forma justa y tranquila».
Las negociaciones deberían concluir como tarde en otoño (boreal) de 2018 para que el acuerdo pueda ser ratificado a tiempo por todas las partes. En la UE tendrá que recibir el apoyo del Parlamento y el Consejo europeo y en el Reino Unido también será sometido a la aprobación del Parlamento.
Sin embargo, no habrá renegociación a petición de los diputados británicos. Si estos rechazan el acuerdo, el Reino Unido abandonaría el bloque de forma no regulada.
May descartó también hoy hacer excepciones con alguna de las regiones británcias en la negociación del «Brexit». «Negociaremos como un solo Reino Unido», afirmó ante el Parlamento.
El Gobierno regional de Escocia quiere que la región británica tenga un estatus especial en el mercado común europeo, pero May ya anunció que sacará del mismo a todo el país y planteó a cambio la cesión de más competencias a las regiones.
Ante ese «Brexit duro» que plantea May, el Parlamento escocés aprobó el martes la celebración de un nuevo referéndum de independencia del Reino Unido. Sin embargo, para ello debe contar con el visto bueno de Londres y May no está dispuesta a abrir ese proceso antes de cerrar las negociaciones del «Brexit».
May también anunció hoy que hará todo lo posible para evitar el establecimiento de una frontera reforzada entre la provincia británica de Irlanda del Norte y la República de Irlanda.