Decenas de millones de estadounidenses se vieron afectados por una ola de extremo calor que afecto el centro y el noreste del país con temperaturas récord.
Las temperaturas también se vieron afectadas por el Oak Fire, un incendio forestal que se propaga en California. El siniestro ha quemado más de 2,500 hectáreas, destruido 10 propiedades y dañado otras cinco. Se ha ordenado la evacuación de numerosas zonas.
La propagación del fuego fue en todas direcciones, principalmente por estar en un ambiente de alta carga de combustible y sequía extrema. Además de este incendio, el oeste del país ha experimentado otros siniestros de excepcional magnitud en los últimos años, debido a los aumentos de temperatura.