Un 20 de junio del 2010, El Salvador viviría uno de los peores hechos sangrientos después de doce años de guerra, en esta ocasión, a manos de las estructuras criminales denominadas «maras o pandillas», quienes incendiaron un microbús, con 17 civiles a bordo, en Mejicanos, como respuesta a una disputa entre el barrio 18 y la MS-13.
«Como tantos otros, está terriblemente fragmentado por la pugna de las distintas pandillas presentes en el pueblo por controlar sus territorios. Y eso marca irremediablemente a quienes viven ahí, tengan poca o nula relación con estos grupos», citó la BBC, diez años después el hecho.
El 19 de junio de 2010, un miembro del Barrio 18, identificado como «Crayola» fue asesinado en una balacera en Mejicanos. Sus compañeros se enteraron que los responsables habían huido en un microbús de la ruta 47, hacia una colonia controlada por la MS-13. Al siguiente día, hombres de la 18 dispararon contra un microbús que venía de aquella misma colonia, gobernada por la MS-13. Murió una niña y el conductor.
Otro grupo de pandilleros del Barrio 18, distinto al del primer ataque, había estado esperando al microbús de la ruta 47. Algunos de ellos ni siquiera alcanzaban la mayoría de edad.
Allí dispararon contra una treintena de personas aterrorizadas, que se agolpaban en la parte trasera mientras veían cómo los pandilleros rociaban con gasolina la puerta y el pasillo del vehículo y le prendían fuego.
Los pasajeros a bordo con niños e incluso bebés trataron de escapar desesperados por las ventanas a medida que el microbús era consumido por las llamas. Pero al salir envueltos en humo y fuego, algunos eran ametrallados por pandilleros que esperaban fuera.
La tragedia no duró más que unos pocos minutos, el resultado: 17 personas murieron carbonizadas en el mismo lugar o a los pocos días en los hospitales, y otros sufrieron heridas de extrema gravedad.