Este martes arranca en la Audiencia Provincial de Alicante el primer “macrojuicio” en España contra la Mara Salvatrucha, cuyos miembros eligieron esta provincia para asentarse en el país y echar raíces en el resto de Europa.
En el banquillo hay 38 imputados para quienes, en conjunto, la Fiscalía solicita 230 años de cárcel; una petición severa en consonancia con los delitos que les atribuye: organización criminal, tráfico de drogas, blanqueo de capitales, tenencia ilícita de armas, intento de asesinato, lesiones y amenazas.
El Ministerio Público atribuye a la mara un plan «expansionista» por toda España en conexión con las maras de otros países como Guatemala, Salvador y Estados Unidos. Habían conseguido formar las clicas (nombre que reciben el grupo en cada territorio) de Ibi (Alicante), Madrid, Girona y Barcelona; siendo la de Alicante el núcleo de todas ellas.
La mayor pena que se pide es para un hombre apodado Darki y que era el encargado de organizar todas las clicas españolas, unificar criterios de actuación e introducir la Salvatrucha a nivel social y económico en el país.
La Fiscalía le pide penas de casi treinta años de prisión. Para otros responsables de las clicas se reclaman penas de entre 14 y 29 años.
El periplo de Salvatrucha en España arranca en 2012 cuando dos ‘mareros’ experimentados, llegaron de El Salvador después de que su jefe les hubiera puesto Ibi en el mapa.
Uno se fue a Barcelona y el otro al pueblo alicantino, donde desde un céntrico piso Salvatrucha había constituido su centro de operaciones.
Los dos tenían una consigna directa de la mara matriz: captar a españoles para su causa. Eso y blanquear dinero a través de un chiringuito o un negocio de compra-venta de vehículos.
NOTA: Agencias