Tras la entrada en vigencia de la Ley Nacer con Cariño, promovida por la Primera Dama, Gabriela de Bukele, El Salvador busca consolidar el recién lanzado modelo de atención materno-infantil, que pone en el centro de sus acciones a la mujer embarazada y a su bebé.
El nuevo modelo fue recomendado, desde hace años, por la Organización Mundial de la Salud (OMS) a los distintos países del mundo, para cambiar las prácticas que perjudican el desarrollo del bebé, afectan el vínculo con su familia y exponen a las mujeres a métodos indebidos.
El modelo se basa en dar atención respetuosa de la maternidad, brindar información que permita a las embarazadas y su familia tomar decisiones y recibir apoyo continuo durante el la gestación y parto; así como permitir que una persona de su elección la acompañe en el proceso, entre otras recomendaciones de la OMS.
Estas atenciones no se realizaban en los hospitales y afectaban al binomio madre e hijo, por lo que la Ley Nacer con Cariño las promueve para convertir el parto en una experiencia íntima, agradable y especial para la familia.
Es por ello que, según la nueva normativa, el recién nacido y la madre no serán separados, excepto que haya una condición que ponga en riesgo la vida del bebé; además de que el bebé iniciará la lactancia durante su primera hora de vida y se capacitará a las familias sobre el parto y el nacimiento del bebé, entre otros aspectos.