La segunda plenaria del año daría lugar a uno de los episodios más ridículos que se presentara este año en la política salvadoreña, y eso que apenas vamos iniciando: el gran show de «El Presupuesto 2017”.
Originalmente, el debate legislativo surge para plantear los distintos puntos de vista del porqué de su posición partidista. Pero ayer quedó demostrado que el FMLN y ARENA aprovechan únicamente este momento para sacar su «manual de insultos elegantes”, mientras hacen las verdaderas negociaciones en privado.
Previo a la votación, hecho a puerta cerrada, sin que nadie pudiera conocer lo que hablaban los diputados, la Comisión de Hacienda de la Asamblea logró llegar a un acuerdo que luego el pleno aprobó. Un proyecto de presupuesto «modificado» que asciende a $4 mil 957.8 millones, lo que representa un aumento de $97 millones con respecto al 2016. Un presupuesto evidentemente desfinanciado, porque en el 2016 no alcanzó para cubrirlo.
Pero, ¿qué nos deja este gran show de «El Presupuesto 2017”?
Lo malo, lo feo y ¿lo bueno?
Lo malo: La oposición de ARENA. El partido tricolor hizo un papel decepcionante donde todo lo que buscaba era sacar su tajada política de este tema. Se dedicaron más a desestabilizar el presupuesto que a buscar una solución razonable. El jefe de fracción, Alberto Romero, durante la plenaria se dedicó a gritar y gritar, su participación más destacable fue «mandar a dormir” a la diputada vicepresidenta, Lorena Peña. Quedó claro que en ARENA, más que encontrar una solución factible para el gran problema de los salvadoreños, fue una salida para mostrar sus frustraciones contra su partido en oposición. ARENA debe entender que para llegar nuevamente al ejecutivo deben pasar a ser una oposición inteligente.
Lo feo: FMLN, GANA, PCN y PDC aprobaron un presupuesto que fue aprobado a la ligera. Se agradece que el proyecto de presupuesto aprobado aumentara los fondos para los veteranos, el escalafón de salud y la Procuraduría General de la República.
¿Pero están conscientes que se dejó sin financiamiento cerca de $1 mil millones en gastos?, entre ellos el servicio de deuda de los Certificados de Inversión Previsional (CIP, que sirven para pagar las pensiones del sistema público) e igual es el caso del pago de las pensiones del Instituto de Previsión Social de la Fuerza Armada (IPSFA). Tampoco se incluyeron los $110 millones que se necesitan para pagar el subsidio a la energía y estos recursos saldrán del presupuesto de Grupo CEL. Para lo que sí alcanzó es para darles más de 7 millones a las universidades privadas, pero a la vez tomaron en cuenta a la UES.
Los diputados de las diferentes fracciones legislativas aprobaron un presupuesto que se «modificó» a última hora y en privado.
¿Lo bueno?: Lo único bueno es que hasta 2018, o hasta que les acabe el dinero este año, volveremos a vivir un show similar a este.
