En una investigación realizada por la editorial estadounidense S&P Global, señaló que «el partido político gobernante, el FMLN, tiene pocos puntos en común con la otra gran fiesta de El Salvador, ARENA, que ha llevado a un estancamiento político y ha dañado la eficacia del gobierno en el pasado. En abril de 2017 el Defecto soberano después de que el Congreso se negara a aprobar un presupuesto», señala.
Sin embargo, según el estudio, esta situación podría cambiar con la aparición de nuevas figuras políticas, como es el caso del presidenciable Nayib Bukele, quien en este momento se figura como el líder ajeno al bipartidismo que ha imperado durante 30 años en el país.
«Una elección presidencial competitiva en febrero de 2019 podría incentivar a los principales partidos políticos para cooperar con la próxima administración y entre uno otra, especialmente en el FMLN, cuyo candidato está teniendo un bajo desempeño. La elección del Congreso, en marzo de 2018, ARENA fortaleció su posición con dos asientos para un total de 37 asientos, mientras que el FMLN perdió ocho asientos para terminar con 23 asientos. El FMLN también perdió su poder de veto: tenía que tener al menos 28 escaños», señala la investigación.
Según el estudio, El Salvador continúa clasificándose mal en el Índice de Desarrollo Humano, y más el último año, ha caído a 121 desde 117 (de 188 países). El Salvador cae en la categoría de «desarrollo humano medio», lo cual vendría a ser producto de los malos gobiernos.