El beato Ócar Arnulfo Romero tiene a partir de este sábado 13 de octubre en Roma, un monumento que fue develado por la alcaldesa romana, Virginia Raggi, en compañía del presidente Salvador Sánchez Cerén, representantes del consulado salvadoreños e invitados especiales.
La estatua, de tamaño natural, del obispo mártir, que este domingo 14 de octubre será elevado a los altares, por el papa Francisco, fue erigida por escultor salvadoreño, Guillermo Perdomo, en el Jardín de El Salvador, ubicado en un espacio del parque El Egeo, y su bendición estuvo a cargo del cardenal salvadoreño, Gregorio Rosa Chávez.
La alcaldesa Raggi calificó el hecho como algo histórico para la ciudad de Roma por tener la escultura de monseñor Romero, de quien dijo es un personaje de gran importancia internacional en el siglo XX, sobre todo por su compromiso irrenunciable de pastor y defensor de los derechos humano.
A la ceremonia también asistió el arzobispo de San Salvador, monseñor José Luis Escobar Alas, así como varios salvadoreños residentes en Estados Unidos, Italia y Australia.