El defensor de Derechos Humanos en México, Arturo Calvo, condenó el hecho de que federales en la frontera tuvieran que usar gas lacrimógeno contra migrantes de las caravanas centroamericanas en su intento por cruzar hacia Estados Unidos.
«Emplear gas lacrimógeno en una situación en la que había familias con niños y niñas no sólo fue un acto horrible, sino también una muestra del desprecio de esta administración por la dignidad y los Derechos Humanos de nuestros hermanos centroamericanos», dijo a través de sus redes sociales.
El gas con el que fueron atacados cientos de migrantes es un tipo de arma química tóxica que se caracteriza principalmente por provocar irritación en ojos y dificultar la respiración.
Ante esto, Arturo afirma que «el gobierno mexicano ha fallado en implementar un modelo eficiente de intervención para dar la debida atención humanitaria a estos ciudadanos».