Ante el repunte de asesinato de policías, algunos políticos han comenzado a alzar su voy de protesta ante el silencio y la falta de acciones por parte del gobierno del presidente Salvador Sánchez Cerén para detener la ola de violencia que este viernes cobró la vida de cuatro agentes y un motorista de la corporación policial.
Algunos continúan criticando que a los agentes se les exija dejar el arma de equipo, cuando salen de licencia, porque mientras las pandillas se continúan armando hasta los dientes, a los miembros de la PNC se les desarma cuando salen de las subelegaciones a visitar a sus familias.
La mañana de este viernes presuntos pandilleros, a bordo de una camioneta roja, dispararon a dos agentes y al motorista, que se conducían en un carro patrulla en el caserío Huiscoyol, en San Antonio Silva, departamento de San Miguel, según confirmó La PNC. Los dos agentes murieron en el ataque, mientras el motorista sobrevivió, pero falleció cuando era trasladado a un hospital.
Más temprano otro uniformado había sido asesinado por desconocidos cuando salía de su casa en San Luis Talpa, departamento de La Paz. En lo que va de este año, nueve miembros de la PNC han sido asesinados.
A pesar de estos últimos acontecimientos que han llevado luto y dolor a las familias de los agentes asesinados, el gobierno no se ha pronunciado al respecto. La única acción tomada por el director de la Policía, ha sido suspender la licencia a todos los agentes.
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