Luego del histórico día que vivió El Salvador, el pasado 14 de octubre, con la canonización de Monseñor Óscar Arnulfo Romero, es inevitable para algunos intelectuales evocar la memoria de quien habría sido un mentor para San Romero; el padre Rutilio Grande.
El padre Rutilio Grande tiene un legado similar al de San Romero, basado en defensa de los más débiles y protestas ante las injusticias; conocido cariñosamente por la feligresía como, el “padre Tilo”, era un sacerdote muy respetado por sus propios compañeros, que lo tenían como coordinador de su equipo pastoral.
La figura del padre Grande, no queda fuera del recuerdo de quienes admiran su legado, «La continuidad es la beatificación de Rutilio Grande», señala el analista político Roberto Cañas, en respuesta a: ¿Qué sigue después de la canonización de Monseñor Romero?
El padre Rutilio era buen amigo de Óscar Romero. Este sacerdote jesuíta, nace el 5 de julio de 1928 y es asesinado el 12 de marzo de 1977, murió baleado junto con dos de sus acompañantes, Manuel Solórzano, de 72 años, y Nelson Rutilio Lemus, de 16 años. Varios indicios señalan la complicidad del Gobierno de entonces en estos asesinatos. El anciano y el joven presumiblemente fueron matados para que no hubiese testigos.