Representantes del sector caficultor y cañero, consideran que el relanzamiento de la Policía Rural podría atajar la situación de inseguridad que afecta a los agricultores y población de las zonas rurales del país.
Mario Acosta, expresidente de la Fundación Salvadoreña para la Investigación del Café (PROCAFE), ve con buenos ojos que se le apueste a la Policía Rural y advierte que debe ser una propuesta amplía que fortalezca las competencias de los agentes, “una fuerza especializada que conozca el campo”, añadió.
Para acosta, el problema de la inseguridad en las zonas rurales se profundizó a raíz de la migración delincuencial, es decir cuando los delincuentes huyeron de las zonas urbanas y se trasladaron a las zonas rurales. Desde entonces las actividades productivas están sujetas a diferentes actos ilícitos, según el caficultor.
“Los delincuentes se esconden en el área rural y las actividades del agro están sujetas a extorsión. El café, la caña y ganadería… lamentablemente la policía rural fue desmantelada y ahora opera mínimamente”, dijo Acosta.
En esta época de corta, Acosta dice que espera se reaviven las tareas conjuntas o de grupos mixtos, policía y fuerza armada, para brindar seguridad a los agricultores y productores. Acosta sugiere que la Policía Rural debe ser un área especializada, acostumbrada a andar en laderas, montañas, familiarizados con los horarios del campo. “Estamos queriendo reactivar la caficultura pero necesitamos el apoyo de los cuerpos de seguridad”, añadió.
Entre los delitos más comunes que la caficultura reporta, destacan la extorsión a trabajadores y patronos, asaltos, robo de planilla e inseguridad en general para todos los pobladores que trabajan en este rubro.
Luis Felipe Trigueros, coordinador del Plan de Seguridad de la Asociación Azucarera, explicó en conversación con Última Hora SV que los problemas de seguridad han sido reincidentes y los delitos más comunes son las extorsiones y las quemas no programas o delincuencial.
“El año pasado tuvimos la muerte de un cañero… la gente se siente insegura, y ese nivel de extorsión que se tiene afecta la productividad de la zafra”, explico Trigueros.
Para Trigueros, sería “excelente” reactivar las labores de la Policía Rural, ya que permitiría de alguna manera tener mejores condiciones en el sector rural. Sobre el fortalecimiento de esta Policía, dijo que posiblemente haya carencias, y falte algún tipo de recursos pero el problema también radica en “cómo se invierten esos recursos”.
La Federación de las Asociaciones de Productores de Caña de Azúcar rindió un informe en 2016 en el que reveló que la zafra de 2015 se perdió alrededor de 18 millones de dólares por el accionar de pandillas. En la de 2014 se contabilizaron al menos 2 millones de dólares solo en pago de extorsiones a las pandillas.