Elementos de la Policía Nacional Civil (PNC), junto a la Fuerza Armada, durante el cerco de Soyapango, ejecutado a través de la Fase 5 del Plan Control Territorial, verifican que las viviendas del municipio no hayan sido usurpadas por pandillas.
Durante décadas, las pandillas vivieron a su antojo, cometiendo todo tipo de delitos sin que los gobiernos anteriores hicieran algo para detenerlo, dándoles además poder político.
Una práctica común de las pandillas era sacar a las familias salvadoreñas de sus hogares y usurpar sus viviendas, las cuales también eran utilizadas para cometer delitos y para refugiarse de las autoridades.
Sin embargo, con el cerco de Soyapango, los pandilleros no tienen escapatoria, pues se realizan inspecciones casa por casa, para garantizar que las viviendas están conforme a la ley.