El Presidente de la República, Nayib Bukele, ha comenzado a aplicar la medicina «amarga» que necesita el Estado para ser sanado y coherente con su discurso, ha tomado la valiente decisión de remover a familiares de los miembros de la cúpula del FMLN que gozaban de plazas en el gobierno.
Al menos 20 familiares de los más altos dirigentes del Frente fueron removidos de sus puestos de trabajo, en los cuales ganaban ostentosos salarios sin cumplir con las competencias necesarias para el puesto.
Los empleados han sido destituidos por tener nexos de parentesco con el expresidente de la República, Salvador Sánchez Cerén, y otros dirigentes del FMLN, como Sigfrido Reyes, Nidia Díaz, Norma Guevara y Hugo Martínez, entre otros.