Los 2,382 empleados, incluyendo los diputados, con que cuenta la Asamblea Legislativa, le cuestan a los salvadoreños la cantidad de 35.6 millones de dólares al año, por lo que el presidente de ese Órgano del Estado, Norman Quijano, anunció una reestructuración de plazas.
Según datos proporcionados por Quijano, en el año 2002 la Asamblea Legislativa tenía 682 plazas que le generaban un gasto de $11.4 millones al año, las cuales pasaron al 31 de marzo de 2018 a un total de 2,382 plazas, cuya gasto asciende a $35.6 millones, por lo que es urgente la reestructuración.
Ante ese exorbitante incremento de puestos de trabajo Quijano dijo que «cientos» de esas plazas son fantasmas, pero pidió un compás de espera para resolverlo, mediante una reorganización financiera.
En 16 años, el número de plazas se ha incrementado en 1,700, equivalente al 349.27%, entre las que destacan algunos diputados no reelectos y asesores contratados luego de cada elección legislativa, algunos de los cuales no llegan o lo hacen esporádicamente, lo que se conoce como «plazas fantasmas».