El costo de la violencia criminal en los países del Triángulo Norte centroamericano supera hasta el 6% del Producto Interno Bruto, casi el doble que en Latinoamérica, según informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En 2016, cerca de 15 mil personas fueron asesinadas en Guatemala, El Salvador y Honduras, una zona con casi 30 millones de habitantes, la gran mayoría pobres, azotada especialmente por las peligrosas maras o pandillas y los grupos de narcotráfico que usan el istmo como puente para llevar a Estados Unidos las drogas que se producen en el sur del continente.
El informe “El crimen y sus costos: nueva evidencia y hallazgos en América Latina”, del BID, sitúa el costo del crimen y la violencia como porcentaje del PIB en el 3 % para Guatemala, en el 6,1 % para El Salvador y en el 6,5 % para Honduras.
Las cifras de El Salvador y Honduras casi duplican el promedio del 3,55 % del PIB que el informe del BID calcula como costo del crimen y la violencia en América Latina y el Caribe en base a datos de 17 países de la región.
“Para situar el 3,5 % en contexto, la cifra es comparable a lo que la región (latinoamericana y caribeña) gasta anualmente en infraestructura, o es aproximadamente igual a la participación del 20 % más pobre en América Latina y el Caribe de acuerdo a los Indicadores del Desarrollo Mundial del Banco Mundial”, señaló el BID.
Esa cifra además se basa “en un escenario conservador que incluye solo” los costos sociales por homicidios e ingresos cesantes de la población carcelaria (0,64 %), gastos del sector privado en seguridad (1,37%), y gastos fiscales, que incluyen policías y cárceles (1,51 %).
El informe desgrana la evolución de la tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes en los tres países centroamericanos desde 2009.
“Honduras y Guatemala han presentado una tendencia decreciente, pasando de 66,8 a 60 y de 42,6 a 35,3 entre 2009 y 2015 respectivamente. El Salvador ha tenido una tendencia creciente desde 2013. En efecto, desde esa fecha, la tasa se ha más que duplicado pasando de 39,6 a 103,3 homicidios por cada 100.000 habitantes”.
En cuanto a la tasa de victimización, para El Salvador promedió en los últimos 15 años 38 %, seguido por Guatemala con un 37 % y Honduras con un 34 %, de acuerdo a los datos del informe.
El estudio del BID señaló que, en cuanto a la distribución geográfica, existe variación entre los países y dentro de los mismos en términos de homicidios, lesiones personales y tasas de victimización.
“Esta región necesita especial atención en términos de cómo se invierten los recursos por parte de los gobiernos de cada país y la comunidad internacional, para aplicar políticas basadas en la evidencia y dirigirse hacia los puntos geográficos adecuados para reducir el crimen y lograr el desarrollo sostenible de esta región”.
El informe del BID argumentó que los datos estadísticos evidencian que en los países del Triángulo Norte “el crimen tiende a concentrarse en regiones geográficas específicas”, por lo que “se necesita la formulación de políticas públicas de prevención criminal dirigidas a las áreas que más las necesiten.