Este 2 de diciembre se cumplen 23 años de la muerte del mayor narcotraficante de todos los tiempos, el colombiano Pablo Emilio Escobar Gaviria, quién lideró el extinto cartel de Medellín.
Pablo Escobar a pesar de su volumen de maldad ha inspirado la creación de diferentes series y novelas en la última década, que han puesto en evidencia los actos despiadados cometidos por el patrón del mal.
Los inicios delictivos de Escobar Gaviria se enmarcan en la década de los 70 mostrando una habilidad para los negocios del narcotráfico, lo que le permitió fundar y dirigir el cartel de Medellín el más poderoso de Colombia, capaz de monopolizar el negocio.
Los actos de barbarie del narco, son muy recordados al ordenar los asesinatos de funcionarios claves, además la utilización de coches bombas en las ciudades principales colombianas, como medidas para desestabilizar el país.
El patrón del mal con la fortuna lograda a causa del narcotráfico tuvo los recursos suficientes para declararle la guerra al gobierno colombiano a través de un ejército de sicarios.
El poder de Escobar Gaviria parecía no tener límites por lo cual en 1991 se decidió en Colombia tomar una medida que estimulara al capo de la droga a entregarse, logrando así una Asamblea Nacional Constituyente que anuló la extradición de cualquier colombiano a Estados Unidos.
La medida logró su propósito y Escobar Gaviria se entregaría, siendo encerrado en una cárcel que el mismo mandó a construir en una de sus propiedades, el gobierno colombiano accedió con tal que ya no siguiera cometiendo las fechorías.
A pesar de las condiciones impuestas por el mismo narcotraficante, este seguía cometiendo los ilícitos desde la cárcel, por lo cual no era garantía para las autoridades. Finalmente Escobar Gaviria opta por fugarse.
Tras la fuga el gobierno conformó el Bloque de Búsqueda para recapturarlo y tras diecisiete meses de intenso rastreo, fue tiroteado en un tejado de un exclusivo sector de Medellín a los 44 años de edad.