Si los partidos políticos siguen peleándose como niños en la Asamblea Legislativa, dejando de lado la visión de país y provocando impagos, “van arrastrarnos a un abismo del cual no vamos a salir tan fácilmente”, sostiene el analista político, Félix Ulloa.
El jurista respondió así al ser consultado sobre los efectos que podrían tener los recortes al presupuesto de diversas instituciones públicas, de los cuales ya se dieron las primeras manifestaciones, como es el caso del Hospital Rosales que ha comenzado a cobrar algunos insumos para la hemodiálisis a pacientes con insuficiencia renal crónica.
Para el analista, la reducción del presupuesto a instituciones claves como Salud, Educación, Seguridad y la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos, entre otras no menos importantes es una acción que indica que “estamos equivocándonos de rumbo”.
No solo se está cortando los programas sociales; sino también afectando el tema de salud y la educación, pero lo peor es que si los políticos continúan actuando de esa manera jamás habrá una solución total a los problemas de la posguerra que vive el país. “Esto es serio”, añadió.
Según Ulloa, el verdadero problema del país no es una crisis fiscal originada por el impago, ya que esta situación es un efecto, no una causa, que no se origina por la deuda previsional, sino que tiene a la base la dolarización de la economía.
Para corregir el rumbo equivocado que lleva el país, el analista hizo un llamado al presidente de la República para que ponga en práctica un liderazgo efectivo y evitar de una vez por todas que se continúe poniendo «curitas y dando aspirinas para curar el cáncer» que padecen las finanzas públicas.
“No se puede ya. Esta crisis se resolvió con 56 millones de dólares, cuánto va a ser la crisis cada tres meses, cuánto va a ser la crisis dentro de nueve meses, o sea cada trimestre vamos a estar en una situación similar. No podemos seguir en esta situación”, espetó.
Ulloa lamentó que por culpa de los diputados y los partidos políticos, se le haya bajado la calificación del país a “triple C”, la cual para recuperarla al nivel que teníamos antes se tendrá que esperar por lo menos a que pasen las elecciones del 2019.
Esa caída de la calificación de riesgo país ocurrió, según él, por la falta de acuerdos políticos, por la inmadurez y por la incapacidad de buscar acuerdos entre las fuerzas políticas internas.
“Eso debe ser la lección a prender y mi llamado, mi mensaje en este momento es: señores pongámonos serios, este todavía es momento en el cual el país tiene un último chance de ponerse de acuerdo y resolver esta crisis, pero si siguen así como niños malcriados peleándose en la Asamblea y dejando de lado la visión de país nos van arrastrar a un abismo del cual no vamos a salir tan fácilmente”, concluyó.