Las infecciones y muertes por COVID-19 en Rumania han saturado las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) y morgues, colocándolas al borde de colapso ante la creciente cuarta ola del virus que azota Europa.
«En la última semana, Rumania se ha situado en el segundo puesto de la lista de fallecidos por coronavirus en el mundo, con 18 muertos por millón de habitantes de media, según datos de la Universidad de Oxford, solo por detrás del pequeño país caribeño de San Vicente y las Granadinas», detalla el periódico español El País.
La negativa de los rumanos a vacunarse, apenas el 30% está inmunizado, ha provocado el incremento de restricciones de movilidad para intentar frenar el avance del virus que, este martes, dejó un saldo de 574 muertos, batiendo así la cifra máximo de decesos diarios por la pandemia.
“Nos estamos precipitando hacia el abismo”, explica Elena Copaciu, médica de la UCI del Hospital Matei Bals de Bucarest. “En 25 años de experiencia, no he sentido tanta frustración e impotencia ante la indiferencia de los ciudadanos y la extrema pasividad de nuestros gobernantes a la hora de informar de la importancia de la vacuna y de tomar medidas”, prosigue Copaciu, con voz indignada.