El aspirante republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, ha afirmado que aceptará el resultado de las elecciones presidenciales del próximo 8 de noviembre «si gano», un día después de eludir confirmar si acatará el veredicto electoral.
«Aceptaré totalmente los resultados de estas grandes e históricas elecciones, si gano», ha asegurado Trump en un acto de campaña en Delaware (Ohio), después del tercer y final debate presidencial de anoche en Las Vegas ante su rival demócrata, Hillary Clinton.
Pese a la polémica generada, el magnate ahondó en su denuncia de que se trata de unos comicios «amañados» y favorables a Clinton.
Por ello, remarcó que se reserva «el derecho a impugnar o presentar un desafío legal en caso de un resultado cuestionable», si bien se declaró dispuesto a reconocer un «resultado electoral claro».
El candidato presidencial conservador retomaba este jueves su campaña envuelto en una espectacular polémica, después de haber sugerido que podría no aceptar el resultado de las elecciones del 8 de noviembre. Algo que no ha ocurrido nunca en los más de 200 años de elecciones estadounidenses.
Ni siquiera después de la pesadilla en que se convirtió el proceso electoral de 2000 por un reconteo de votos en el estado de Florida, en un caso que terminó en la Suprema Corte y condujo a George W. Bush a la presidencia por delante de Al Gore.