Un artículo sobre las pasadas elecciones del 04 de marzo en El Salvador publicado en la revista especializada “The Economist”, sostiene que el verdadero ganador en las elecciones legislativas y locales no estaba en la boleta electoral.
De acuerdo con el texto, la pasada elección no fue más que un repudio a los principales partidos, ambos manchados por la corrupción.
“El verdadero ganador fue un político que no se postuló, no pertenece a ningún partido y alentó a los votantes a estropear sus boletas: Nayib Bukele, el alcalde saliente de San Salvador. Él es ahora el favorito para la presidencia”, dice “The Economist”.
El artículo detalla que o de cada diez votantes desfiguró sus papeletas o las dejó en blanco. En un país donde la votación es obligatoria, un récord del 58% se quedó en casa.
También describe cómo numerosos votantes dibujaron, rayaron y garabatearon en sus papeletas y en muchas incluso escribieron cosas como “Nayib presidente”.
Pese a que ARENA, tenía una clara ventaja en los votos válidos y ganó más escaños y comunas importantes, la vistoria de Ernesto Muyshondt no fue un triunfo para el partido. Ganó con menos votos que el candidato a la alcaldía que perdió en 2015.
Lea el artículo:El Salvador’s rising political star
El FMLN sufrió su peor derrota desde que “dejó de ser un ejército guerrillero hace un cuarto de siglo”. Es la lectura que hace el artículo en torno al fenómeno que ha desatado una crisis en el partido oficial.
“El FMLN ganó el poder por primera vez en 2009, prometiendo reformas económicas, cambios sociales y menos violencia. No ha podido entregar”, dice el artículo que además señala los numerosos casos de corrupción que han marcado la historia de El Salvador.
“The Economist”, describe a Bukele como un hombre astuto que ha cautivado a los votantes de la capital con proyectos para revitalizar barrios pobres, posiciones progresistas en temas sociales como el matrimonio homosexual y el uso sagaz de las redes sociales.
“Bukele aspira a convertirse en el primer presidente en tres décadas que no pertenezca a ninguno de los principales partidos”, añade.