Los terremotos del 13 de enero y 13 de febrero del 2001, marcaron un antes y un después a las familias salvadoreñas afectadas por este acontecimiento en donde murieron alrededor de 1,259 personas.
En aquellos años gobernaba El Salvador, Francisco Guillermo Flores Pérez bajo la bandera de ARENA. Tras el trágico hecho, Flores recibió ayuda internacional, entre ellos Taiwán, quien habría donado 10 millones de dólares para los damnificados.
Esa ayuda internacional que los salvadoreños recibirían tras haber perdido todo lo que tenían, durmiendo en la calle, sin nada que comer, nunca llegó a ellos, pero sí a las cuentas del partido ARENA que utilizarían en la campaña electoral más próxima.
Ya han pasado 19 años, el expresidente arenero, Francisco Flores, «falleció» sin la mínima intención de devolver ese dinero para aquellas personas que necesitaron de una mano amiga de parte del Estado, la cual, se les negó por anteponer los ideales partidistas de extrema derecha.