Cuando el reloj marcaba las 11:49 A.M. del viernes 10 de octubre de 1986, la capital salvadoreña se estremeció ante el desarrollo de un terremoto de 5,7 grados en la escala de Richter.
Ese día San Salvador desarrollaba su actividad cotidiana como cualquier otro día, ignorando que se acercaba un fenómeno natural de considerable magnitud, haciendo colapsar estructuras del centro capitalino.
Uno de los edificios que colapsó por completo fue el Rubén Darío de 5 niveles y ubicado en el centro de San Salvador, frente al telégrafo; el derrumbe del edificio dejó un total de 300 muertos de los 2000 que se registraron en el consolidado de víctimas mortales que dejó el terremoto.
Otras estructuras como el hospital nacional de niños Benjamín Bloom también colapsó, manteniéndose solo en pie la torre del nosocomio.
Los centros educativos no fueron la excepción y como ejemplo a mencionar están Externado San José, Colegio Guadalupano ubicados sobre la 25 Avenida Norte, y en San Jacinto; también se destruyó el Centro Escolar Católico Santa Catalina donde murieron alrededor de 40 niñas.
El terremoto de 1986 es muy recordado por ser uno de los más devastadores en la ciudad capital.
Foto cortesía: El Diario de Hoy