A 79 se elevó el número de muertos y a 81 los heridos, tras el estallido de un de un oleoducto, mientras era saqueado por cientos de civiles en el Estado de Hidalgo, México, donde este sábado las autoridades y pobladores continuaban buscando cadáveres de sus familiares.
El secretario de Salud, Jorge Alcocer, informó que a 36 horas de la explosión de una toma ilegal de combustible en Tlahuelilpan, 79 han fallecido y agregó que de las 81 personas lesionadas, 66 siguen hospitalizadas, informaron medios locales e internacionales.
Horas antes y acompañado del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, el gobernador de Hidalgo, Omar Fayad, dijo que el saldo aumentó tras encontrarse cuerpos en la zona cero del suceso y por la muerte de otras personas ya hospitalizadas.
Entre las personas que permanecen hospitalizadas, siete son menores de 18 años; 30 personas de entre 18 a 29 años; 36 de entre 30 y 54 años, y una de 63 años; mientras que de los heridos hay ocho menores de edad, uno de ellos de 12 años, añadió Fayad. Tras la explosión el viernes por la tarde, se había dado un balance inicial de 21 muertos.
El estallido ocurrió en la comunidad de Tlahuelilpan, a unos 120 km de la capital, luego de que un oleoducto fuera perforado por traficantes de combustible y cientos de personas, incluidas familias enteras, que se lanzaron para llevarse gasolina en contenedores.