La agencia Standard and Poor’s (S&P) degradó hoy la calificación de riesgo de El Salvador de “B” a “B-“, y afirmó que “la perspectiva es negativa, lo que refleja nuestras inquietudes respecto a la sustentabilidad fiscal y el bajo crecimiento económico para el periodo 2017-2019”.
“La baja de las calificaciones también considera el debilitamiento de las expectativas de crecimiento económico del país en un contexto de una menor confianza de inversionistas y la necesidad de realizar ajustes fiscales para estabilizar el creciente nivel de deuda del gobierno”, dijo S&P.
Esta es la segunda degradación que aplica la agencia desde octubre, cuando le otorgó al país la nota “B”. El paso de “B” a “B-“ significa que la calificación está más cerca de llegar a la categoría “CCC”, otorgada a un emisor que es actualmente vulnerable a un incumplimiento de pago y depende de condiciones favorables del negocio, financieras, o económicas para que el cumpla con sus compromisos financieros.
Según S&P, la calificación “B” implica que el emisor de una deuda, en este caso El Salvador, es más vulnerable a incumplir los pagos de sus compromisos, pero aún tiene capacidad para lograrlo. Sin embargo, condiciones adversas financieras o económicas pueden perjudicar dicha capacidad.