El sociólogo de la Universidad de El Salvador, René Martínez, aseguró que la principal víctima de las más de mil plazas fantasma detectadas en la Asamblea Legislativa, es el pueblo, ya que estas han sido pagadas con fondos públicos.
«La víctima de las plazas fantasmas al interior de la Asamblea es el pueblo. Se habla de millones de dólares que bien pudieron haber servido para financiar obras sociales en función del pueblo» detalla Martínez.
En ese sentido explicó que «Las plazas en la Asamblea son pagadas con dinero del pueblo, entonces no son fantasmas, lo que se está viendo son trabajadores fantasmas y nos damos cuenta que en la historia política de El Salvador ser trabajador fantasma es una profesión», señaló.
Martínez sostuvo que las plazas fantasmas son un acto de corrupción, «Cuando se habla del corrupto se debe hablar del corruptor porque es evidente que la persona que recibía salario sin desempeñar función en la Asamblea sabía que ese no era un dinero ganado legítimamente», aseguró.