Las fuertes olas de calor que azotan Europa han llevado a que el viejo continente entre en una etapa de sequías extremas, lo que ha llevado a que ríos comiencen a bajar su caudal, campos de cultivo se sequen y los incendios forestales se proliferen en toda la región.
«No hay nada que podamos hacer, cada uno tendrá que resolverlo por su cuenta. El maíz está seco. Todo está seco. No habrá maíz, ni siquiera una cuarta parte de la cosecha. Algunos podrán recoger algo de aquí y de allá, pero muy poco. Nada en absoluto», expresó un granjero rumano.
En la zona de la comuna de Salgesch, Suiza, ya hay una aguda escasez de agua, precisamente cuando más se necesita para el riego. Esto supone una importante amenaza económica en una región que depende de la agricultura, la viticultura y el turismo asociado.
Los bomberos de España y Alemania luchan para contener los incendios forestales en medio de una inusual ola de calor en Europa occidental para esta época del año.
La situación es probablemente más dramática en el norte de Italia, que sufre la peor sequía de los últimos 70 años. Se ha pedido a más de 100 ciudades que limiten el consumo de agua en la medida de lo posible. El gobierno italiano, que declaró el estado de emergencia para cinco regiones hasta finales de año, tiene previsto aportar 36 millones de euros a corto plazo para combatir la crisis del agua.
Una de las sequías más duraderas de las que se tiene registro ha dejado zonas del Rin en niveles mínimos históricos desde hace meses, lo cual ha obligado a que los cargueros lleven menos peso o que dejen de navegar por el río.
