La búsqueda de la justicia, es un derecho que todos los salvadoreños que nos consideramos hombres y mujeres de bien, debemos aplaudir; la investigación contra el exfiscal Luis Martínez, no es la excepción de esa búsqueda, en el juicio la prueba de cargo y descargo será valorada en la etapa de instrucción y luego desfilará en la vista pública.
El punto de la búsqueda de la tan anhelada justicia está clara, la decisión que ayer tomo la cámara respectiva, que ordenó la recaptura de Luis Martínez y otros procesados, tendrá que ser asimilada y mientras los procesados no sean juzgados; los conocedores de la Ley deberíamos tenerles a los procesados como inocentes.
En El Salvador tristemente tiene mucho poder sobre las resoluciones judiciales, las presiones externas al proceso mismo, ya que las masas “El pueblo” y otros poderes menos visibles, pero que ahí están claman ¡sangre! a viva vos; sí la sangre de aquellos procesados a quienes aún les reviste el Principio de Inocencia, dejando de lado la visión jurídica estrictamente y eso es muy grave.
Este proceso es muy delicado porque se corre el grave peligro que cambie la historia jurisprudencial y no para crecimientos técnicos.
Luis Martínez, ha sido detenido, será enviado a un centro penal y sin importar cuál sea el centro penitenciario, ninguno cumple con las condiciones de aislamiento, que le sea garantía, para mantenerlo con vida, su soplo de aliento, ahora corre objetivo peligro, por una sola razón, el justiciable ha sido fiscal general de la República y su anterior cargo le heredó además de desprestigio y procesos judiciales, la calidad de “Persona de Alto Riesgo” pues no sólo Luis Martínez, sino cualquier otro en su cargo, es el encargado de la investigación del delito y miles de personas fueron procesadas y condenadas, por el impulso procesal de Luis Martínez, entonces la pregunta es:
Si un promedio de 25,000 condenados en El Salvador en el período del exfiscal general detenido, deben agradecer su condena por la imputación que le hizo el mismísimo Fiscal Luis Martínez entonces:
¿Existe un penal que le sea seguro y que le garantice su vida?
La respuesta es obvia, ¡No! No existe ningún penal que le garantice su vida, pero quien lo envíe y además mantenga en un centro penal deberán tener la presión moral y cristiana de haber enviado a un exfiscal a un centro penal, sin las garantías de aislamiento de los demás internos que le garanticen la vida
¿Se envió a Luis Martínez al pabellón de la muerte?
Seriamente creo que sí; será enviado al Centro Penal de Metapán, el director de dicho centro penitenciario deberá considerar condiciones de protección totalmente diferentes de sus demás internos, pues la condición de un fiscal general es suficiente para ser esperado con ansias al interior del mismo recinto, por internos que deseen cobrar venganza.
El Salvador requiere de la construcción de un penal a donde sean enviados personas de alto riego, sin que eso represente la violación al trato igualitario.
Todos tenemos derecho a la vida, incluso un procesado, todos tenemos derecho a la vida incluso Luis Martínez, exfiscal general de la Republica.
Silvia de Bonilla
Abogada y presidenta de “Fundación Mujer Legal”.