Luego de que el régimen de Daniel Ortega concediera la nacionalidad nicaragüense al expresidente salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, este se convirtió en el segundo exmandatario señalado de corrupción en huir al país vecino y recibir el beneficio.
Junto a Cerén también fueron nacionalizados su esposa, hijos y otros parientes cercanos con el fin de evadir la justicia salvadoreña, ya que la constitución nicaragüense prohíbe la extradición de sus ciudadanos.
En 2019, le fue concedida la naturalización al ex primer presidente del FMLN, Mauricio Funes, junto a su pareja sentimental, luego de que investigaciones determinaran que el exmandatario desvió más de $350 millones a cuentas de familiares y amigos.
En el caso de Cerén tiene una orden de captura por lavado de dinero y activos y enriquecimiento ilícito tras haber recibido del gobierno de Funes $530,000 según pruebas documentales, periciales y testimoniales.