Miles de salvadoreños acudieron ayer y hoy a los diferentes cementerios en todo el país, para enflorar y recordar a sus difuntos.
Desde tempranas horas, sobre todo de este jueves, las terminales de autobuses de San Salvador, fueron abarrotadas por familias completas que iban hacia sus pueblos de origen a enflorar a sus muertos.
En la capital también son muchas las familias que va a los camposantos La Bermeja, Los Ilustres y los cementerios privados a pasar momentos agradables y a decorar las tumbas de sus seres queridos.
Muchos los recuerdan, incluso llevándoles serenatas con las canciones que les gustaba cuando estaban en vida, los cristianos «evangélicos», prefieren cantarles alabanzas y otros simplemente llegan enfloran y se van.
Las horas en que más se llenan los cementerios son de mediodía en adelante, pues muchas familias, incluso planean ir almorzar alrededor de las tumbas.
Este como todos los años, la Policía Nacional Civil ha montado dispositivos de seguridad en todos los camposantos nacionales, sobre todo, para orientar y garantizar la tranquilidad de las familias.
El comercio también se activa en los contornos de los cementerios, donde se venden flores, ramos y otros arreglos propios de la época para colocarlos en las tumbas.
Algunos jóvenes aprovechan para ganarse algunos dólares pintando cruces y mausoleos.
También los vendedores ambulantes aprovechas para comerciar bocadillos, entre ellos las famosas hojuelas con miel y toda clase de bebidas hidratantes, así como juguetes para los pequeños del hogar.