Los fieles católicos salvadoreño celebran y conmemoran, este 3 de mayo, el tradicional Día de la Cruz, lo que, además, incluye la realización de actividades religiosas y culturales en la mayoría de los municipios.
Todos los años, en el patio de las casas es colocada una cruz, por lo general hecha del árbol de jiote, la cual es decorada con flores y adornos de papel de china y otros materiales, además una diversidad de frutas.
De acuerdo a la tradición, durante todo el día, cualquier persona puede llegar a las casas, hincarse frente a la cruz y venerarla y adorarla. Con ello tiene el derecho de coger la fruta de su predilección.
Los significados de la celebración son varios, pero los principal tiene que ver con la conmemoración, el 3 de mayo, del hallazgo de la Santa Cruz, en la que Cristo fue crucificado por los romanos.
Según la historia del catolicismo, fue Santa Elena, quien encontró la Cruz en que Cristo murió para redimir a la humanidad de sus pecados.
La costumbre de adorar la Cruz fue traída por los españoles e impuesta a los indígenas de los territorios conquistados y posteriormente colonizados.
Se sabe también que en la mayoría de los países latinoamericanos en que aún persiste este evento, otro de los significados de celebrar el Día de la Cruz, es para darle gracias a Dios y pedirle por una abundante cosecha de los frutos de la madre tierra.
En El Salvador, también se conserva, entre otras, la creencia que con la puesta y la adoración de la cruz se ahuyenta al diablo para que no llegue, por las noches, a bailar a los patrios de las casas.
Los comerciante también sacan raja de esta tradición, ya que logran vender frutas, cruces de jiote y diversos adornos para la decoración del principal signo del cristianismo.