Un análisis a las cifras oficiales de la Policía Nacional Civil (PNC) confirma que desde marzo 2016, que inició la política de reordenamiento en San Salvador, los homicidios se han reducido gradualmente en las cuadras del Centro Histórico capitalino.
En el 2016 ocurrieron un total de 5,278 homicidios a nivel nacional, de los cuales 431 corresponden al municipio de San Salvador, es decir un 8.17%. Al comparar estas cifras con las del 2015, cuando se reportan 514 asesinatos, se registra una reducción del 16.2% en la capital.
Sin embargo, este dato se profundiza al estudiar la distribución de la localización las muertes violentas acaecidas en el circuito de influencia de la fuerza de tarea del Centro Histórico. En esta zona se ubicaron 103 homicidios, un 23.9% del total municipal.
A su vez, el 46.6% de esos 103 se concentraron en los mercados. Central tuvo 15 asesinatos, Sagrado Corazón 10, La Tiendona 8, Belloso 6, Excuartel 3 y zona cementerio Los Ilustres 6. Las siguientes áreas con mayor número se encuentran en la calle Celis y Avenida con 7.76%, Parque Infantil con 5.83%.
Ahora bien, al considerar las zonas intervenidas por los proyectos de reordenamiento de la Alcaldía de San Salvador, que comprende desde el norte con la 5 calle poniente, desde al sur con la 6ta-10ma calle poniente, al occidente con la 11 avenida sur y al oriente con la 10 avenida sur, los homicidios fueron 24, para un 23.3% del área de influencia policial.
Asimismo, esos 24 se desglosan: 10 ocurridos en el mercado Sagrado Corazón, 3 en el Hula-Hula, 4 en cercanías centro comercial Plaza Centros, 4 en el parque Libertad y 3 en el mercado Excuartel.
Al hacer una comparativa del último trimestre, noviembre 2016 cerró con 4 homicidios en el Centro Histórico, en diciembre ocurrió lo mismo con 4, sin embargo en enero de 2017, esta cifra se redujo un homicidio en el área de influencia estudiada.
Según la lectura de los datos que hace el criminólogo Ricardo Sosa, los crímenes se han reubicado y han salido de las áreas que han sufrido cambios importantes en el Centro Histórico. Por un lado la limpieza constante, mayor iluminación, el desalojo de espacios públicos ocupados por comercios informales, la remoción de obstáculos en las cuadras capitalinas, y se suma a la fuerza territorial de tarea conjunta entre PNC y Ejército, que habría replegado los focos del crimen fuera del centro neurálgico capitalino.
Para Sosa, lo que los números y la distribución de las escenas del crimen denotan es que los asesinatos se concentran en los principales centros de abasto, donde existe contrabando, mafia y lugares donde puede ocultarse el quehacer ilícito. Las cantinas, burdeles y zonas de narcomenudeo también contribuyen a la criminalidad.
Bajo este análisis, el criminólogo propone que las políticas de reordenamiento continúen avanzando hacia afuera del Centro Histórico con un ataque de presencia territorial policial más focalizado, dado que los números han demostrado que cuando existe limpieza, orden, iluminación, los criminales huyen de las zonas.