Como medida inmediata, todos los obispos chilenos presentaron su renuncia al Papa Francisco ante los innumerables casos de abusos sexuales contra niños, niñas y adolescentes.
De acuerdo a información de medios de prensa, los obispos en ese país sostuvieron una conferencia episcopal en la que decidieron poner a disposición sus cargos en el clero y pidieron perdón al país.
«Una vez más imploramos su perdón y su ayuda para seguir avanzando en el camino de la curación y cicatrización de las heridas», reza un fragmento de un escrito que fue presentado en la conferencia episcopal.