El régimen de Daniel Ortega, ha prohibido a los médicos en Nicaragua establecer al COVID-19 como una causa de muerte, obligándolos a cambiar los motivos del deceso en los difuntos cuando se convierten en víctimas mortales por complicaciones del virus.
Un total de 225 profesionales de la salud fueron despedidos por Ortega luego de pedirles que les entregaran equipos de protección para evitar contagiarse de COVID-19.
Actualmente, Nicaragua es el país que peor está manejando la crisis en la región, y es acusado por la comunidad internacional por ocultar la información real sobre los contagios y fallecidos a causa de la pandemia.