¿Proceso legal o uso faccioso de la justicia?

Por Redacción UH

Por: Geovani Galeas

Este reportaje es el resultado de una investigación hemerográfica, de la  lectura de piezas procesales y una serie de entrevistas con los abogados del Instituto de Estudios Jurídicos de El Salvador, IEJES; y de Iniciativa Social para la Democracia, ISD, dos organizaciones de la sociedad civil que se han constituido como observadores  en el caso conocido como “El juicio del meme”.

El 8 de julio de 2015 circuló en el ciberespacio una parodia de la página web del periódico La Prensa Gráfica, en la que el director general y propietario de ese periódico, José Roberto Dutriz, respondía con disparates en una entrevista evidentemente falsa.

Como sabemos, en las redes sociales cibernéticas, todo usuario puede criticar o burlarse con mayor o menor sarcasmo del Santo Papa, de Donald Trump, de la Reina de Inglaterra o de quien sea. Solo tiene que tomar una imagen del aludido, alterarla en función de su objetivo paródico y, dando un click, ponerla a circular en el ciberespacio. Esto  es básicamente lo que actualmente se denomina un meme; y lo hacen y lo retoman para difundirlo cientos de millones de internautas a cada momento y en todo el mundo.

Hasta ahora, que sepamos, ni el Santo Papa, ni Donald Trump ni la Reina de Inglaterra, han intentado procesar a ningún memista, por más satírico que haya sido. Pero José Roberto Dutriz sí envió al abogado de su periódico a interponer una denuncia penal, con el objetivo de que la Fiscalía General de la República, FGR, realizara una investigación al respecto por los delitos de violación de distintivos comerciales y falsedad material.

Poco más de tres meses y medio después, el 11 de noviembre, el entonces Fiscal General de la Republica, Luis Martínez, ordenó el allanamiento de las oficinas de la empresa de servicios digitales Bunker SV, donde fue capturado el programador informático Andrés Ortiz Lara, de 26 años de edad, bajo la acusación de haber participado en la elaboración del referido meme, que ya en el lenguaje de La Prensa Gráfica y de la Fiscalía paso a convertirse en una “clonación”, un “ciberataque” y un “ciberfraude”.

En la empresa allanada también se incautaron computadoras, USBs y teléfonos celulares. Los fiscales presentes revelaron a los medios de comunicación que Bunker SV tenía entre sus clientes a la alcaldía de San Salvador, bajo el mando de Nayib Bukele, del FMLN.

Desde ese momento La Prensa Gráfica, con el acompañamiento del periódico El Diario de Hoy, (LPG y EDH respectivamente), comenzaron a referirse al caso como “troll center”, así como a vincular con el mismo al alcalde Nayib Bukele, y a dedicar al tema numerosas portadas y ríos de tinta.

Es probable que la evidente antipatía de esos dos periódicos hacia Bukele se haya originado más de un año antes cuando éste, siendo alcalde de un pueblecito llamado Nuevo Cuscatlán, puso el dedo en un punto sumamente sensible para esos dos rotativos que, amparados en una antigua Ley de Imprenta, y como si fueran libros o textos educativos, están exentos del pago de impuestos. Dicha ley establece: “Las imprentas no están sujetas a ningún impuesto, ni caución. Se tendrá como imprenta lo referido a la producción, difusión o venta de periódicos, revistas, folletos, libros, manuales, hojas sueltas de carácter divulgativo, o intelectual, o en general, vinculados a la libre difusión del pensamiento”.

Considerando impropia esa normativa, Nayib Bukele declaró públicamente lo siguiente:

“O que le suban impuestos a los diarios o que le bajen impuestos a los frijoles. Es injusto que un país pobre donde la gente tiene necesidades básicas se le dé una exención fiscal a los periódicos (…) No es lo mismo un libro que un periódico que tiene anuncios comerciales (…) No es justo que un pueblo pobre tenga que pagar impuestos por lo que come y que los empresarios de los periódicos, teniendo tantos recursos, no paguen impuestos”. (Diario La Página, 13 de enero de 2014).

Desde entonces, para contrariedad de los dueños de esos periódicos, Nayib Bukele no ha cesado de enfatizar ese reclamo.

Sea como fuere, y volviendo a la relación de los hechos, en la audiencia  preliminar contra el supuesto memista Ortiz Lara, realizada el 16 de noviembre de 2015, una jueza que tramitaba el proceso dictó que el caso debía pasar a la fase de instrucción, aunque dejó en libertad bajo fianza al acusado. A esas alturas ya los abogados de La Prensa Gráfica se habían integrado al proceso en calidad de querellantes particulares.

En ese momento el Fiscal General, Luis Martínez, se encontraba a menos de tres semanas de concluir su periodo en el cargo, y estaba empeñado en una abierta e intensa campaña por su reelección, para la cual necesitaba los votos legislativos tanto del FMLN como de ARENA. Pero dado que la Asamblea Legislativa no lo reeligió ni nombró a su sucesor en el tiempo estipulado, Martínez tuvo que dejar su puesto, dejando provisionalmente la institución en manos de su Fiscal Adjunto, Edgar Márquez. Eso ocurrió el 4 de diciembre.

Dos semanas después cuando ya todo parecía indicar que Luis Martínez sería efectivamente reelegido, Nayib Bukele denunció haber recibido amenazas por parte del ex Fiscal General. En los corrillos políticos se sabía que Bukele no solo no lo apoyaba sino que además se aprestaba a declarar públicamente que, si el FMLN daba sus votos para reelegirlo, él renunciaría de inmediato a dicho partido. “Si das esas declaraciones atente a las consecuencias”, le habría dicho Martínez por vía telefónica, y habría agregado que aún seguía teniendo el poder en la Fiscalía porque Edgar Márquez trabajaba para él.

Al día siguiente, Luis Martínez convocó a una conferencia de prensa en la que negó esas acusaciones y aseguró lo siguiente: “Lo que ocurre es que el señor alcalde Bukele está desesperado por el caso Troll Center que se ha investigado durante mi gestión”. Ese mismo día, el Fiscal General en funciones, Edgar Márquez, declaró que no investigaría de oficio las amenazas denunciadas por Bukele, y agregó que la Fiscalía ya contaba con un peritaje técnico, o prueba científica, que revelaba quiénes habían clonado la página web de LPG y quién había ordenado, financiado y dirigido esa operación.

En realidad, la Fiscalía y el juzgado de instrucción, que seguía el proceso contra Ortiz Lara, tenían ese informe pericial desde mediados de ese mismo mes de diciembre.

De inmediato, el diario digital  La Página publicó una nota al respecto en la que señalaba: “Fuentes cercanas al caso confirmaron que tal peritaje daría cuenta de una comunicación directa entre el alcalde Bukele con los presuntos autores de la clonación de la página digital de La Prensa Gráfica”. Casi acto seguido, el juzgado de instrucción decretó reserva total sobre ese caso. Así cerró el año 2015. Vale decir que, como a lo largo de casi toda la posguerra salvadoreña, el Departamento de Estado de los Estados Unidos presentó su Informe sobre Derechos Humanos en El Salvador. En su apartado sobre nuestro sistema judicial, eese informe del año 2015 señalaba lo siguiente:

“Si bien la constitución dispone la independencia del poder judicial, este se vio afectado por la ineficiencia, la corrupción, las pugnas políticas y los recursos insuficientes. La corrupción considerable del sistema judicial salvadoreño contribuyó a un alto nivel de impunidad, lo cual socavó el estado de derecho y el respeto del público por la judicatura”.

 

Portadas falsas y un falso jaque mate

Finalmente Luis Martínez no fue reelegido. El 5 de enero de 2016, la Asamblea Legislativa nombró a Douglas Meléndez como nuevo Fiscal General.

Por su parte, La Prensa Gráfica y El Diario de Hoy protagonizaron un hecho insólito y deplorable, al publicar de manera orquestada y simultánea sendas portadas falsas de sus propios periódicos en sus respectivas ediciones del 3 de febrero de 2016. El portal web Transparencia Activa  consignó el tema de la manera siguiente:

“Periodistas de distintos medios de comunicación expresaron su preocupación ante la falta de ética y calificaron de publicidad engañosa y gravísima la portada de los dos principales matutinos del país, el las cuales anunciaban “El Robo del Siglo”, en referencia al tema de las pensiones que mantiene en jaque al gobierno del FMLN. El Secretario de Comunicaciones del gobierno, Eugenio Chicas, calificó de cobardía la publicación y el secretario de Transparencia, Marcos Rodríguez, señaló la falta de transparencia y honestidad de esos periódicos”.

Dos días después, la prestigiosa Universidad de los padres jesuitas, la UCA, en su editorial deploró el engaño perpetrado por los dos rotativos:

“Esas falsas portadas se publicaron sin indicar claramente que se trataba de un campo pagado y sin la firma correspondiente, violando así las reglas que los mismos periódicos han establecido para ese tipo de contenido. Sin embargo, el mismo día se conoció que la publicidad procedía de la Asociación Nacional de la Empresa Privada, ANEP, y que hacía referencia a la propuesta de ley sobre las pensiones presentada por la administración del presidente Sánchez Cerén”.

Y agregó la UCA:

“Más allá de si en este caso se trata de un acuerdo interesado entre los medios y el cliente para atacar al gobierno y desinformar, el problema de las pensiones merece ser tratado con seriedad y análisis riguroso, no ser objeto de campañas amarillistas y confrontativas (…) Pretender engañar a la población en un tema tan delicado, recurriendo a publicidad alevosa y antiética, es propio de quienes viven de espaldas a El Salvador y su gente”.

Yo también escribí en Diario La Página una columna sobre el mismo tema, en la que concluía diciendo con alguna ironía:

“Resulta que La Prensa Gráfica y el Diario de Hoy, que atacan a Nayib Bukele un día sí y otro día también, ahora pretenden procesarlo porque, según ellos, habría hecho una suerte de meme de algunas de sus páginas, ¿pues qué otra cosa que un simple memees alterar un determinado formato visual para formular una crítica o una burla de esos medios?

“Si fue Nayib Bukele el autor del meme en cuestión no lo sé, pero después de leer el editorial de los padres jesuitas sobre las portadas falsas de LPG y EDH, uno concluye que, quien haya sido, el memista se quedó bastante corto en la denuncia del abuso de esos dos periódicos. Pero, bueno, tampoco dramaticemos la situación, puede ser que la operación conjunta de LPG y EDH, esas portadas falsas, no sea en realidad una estafa a la ciudadanía, sino solo un auto meme, una auto clonación, un simple auto troleo, en fin, una broma o un chiste, nada en que el Fiscal General deba perder tiempo y recursos en investigar y judicializar… ¿O sí?”

Pero, ironías aparte, hay un contexto histórico y político que es preciso considerar en este caso.

Es evidente que poderosos sectores empresariales, políticos y mediáticos están impulsando una intensa campaña contra Nayib Bukele. Y también es evidente que, pese a la enorme cantidad de recursos que han gastado en esa campaña, hasta ahora no han podido ganarle una sola batalla.

Los tres sectores mencionados son los pilares fundamentales de la derecha tradicional salvadoreña. Esa derecha, que ejerció el mando nacional absoluto a lo largo de toda nuestra vida republicana, y que moldeó un sistema oligárquico y autoritario, perdió una parte de su control sobre el Estado a partir de 2009, cuando la izquierda representada por el FMLN ganó las elecciones presidenciales, pero conservó intacto su poder fáctico.

Desde principios del siglo pasado, esa derecha tradicional ha cubierto sus excesos autoritarios y sus abusos expoliadores tras la bandera de la lucha anticomunista. Y en eso no le ha ido mal. Salvo pequeñas concesiones y eventuales retrocesos parciales, cuando el juego en el tablero político se da entre la izquierda y la derecha, como ha dicho alguien ingeniosamente, casi siempre gana la banca.

Agitar el miedo a los errores y horrores de los ya colapsados regímenes comunistas, ha sido política y electoralmente rentable para la derecha. Para la izquierda, esa vieja historia es una mochila pesada que complica y vuelve lenta su marcha. No importa si la izquierda contemporánea ha hecho autocrítica de sus antiguos radicalismos y se ha moderado razonablemente. El poder mediático de la derecha la presentará siempre como una izquierda totalitaria.

Digo que no importa porque, como bien lo sabía un tal Goebels, cualquier mentira puede pasar como verdad si se repite incesantemente. Y para que esto ocurra, los ochenta periódicos más poderosos de América Latina parecen dispuestos a repetir coordinadamente en sus (falsas) portadas que lo blanco es negro.

Claro, esos ochenta periódicos, entre los cuales se cuentan La Prensa Gráfica y El Diario de Ho, están agrupados en la Asociación Interamericana de Prensa, SIP, que no es una asociación de periodistas, editorialistas e intelectuales, sino simplemente de los dueños de esos periódicos, esos señores tan preocupados por la libertad de expresión… aunque, como ya se ha dicho, desde que se inventó la imprenta, la libertad de expresión es la libertad de los dueños de las imprentas.

Pero esos poderosos periódicos ya nonagenarios o centenarios son también paquidérmicos, torpes y lentos. En nuestro caso, por ejemplo, LPG y EDH gastan toneladas de papel y mares de tinta en su campaña contra Nayib Bukele en farragosos e interminables reportes y editoriales. Pero Nayib Bukele, como casi todo joven de hoy, milenials para más señas, se ha mostrado capaz de neutralizar y revertir esas campañas sucias en su contra, y de comunicar de modo más eficiente, con solo su teléfono móvil y los 140 caracteres de un tuit. ¿Cómo si no se explicaría el hecho de que en la misma medida en que LPG y EDH lo atacan ya sin pudor alguno, su popularidad y nivel de aceptación crece como la espuma en todas las encuestas sin excepción alguna, incluidas paradójicamente las patrocinadas por La Prensa Gráfica y El Diario de Hoy?”

Y no es solo un tema de agilidad e ingenio, sobre todo es un tema de credibilidad, de liderazgo y de claridad estratégica en el plano discursivo de la batalla política. Si un par de periódicos insisten en mentir y seguir mintiendo, bajo el amparo de la premisa goebeliana, pueden quedar finalmente en evidenciarse como simples panfletos propagandísticos, facciosos, y por lo mismo prescindibles.

Pero volvamos a nuestro relato. Los  abogados de La Prensa Gráfica presentaron un recurso de revocatoria de la reserva impuesta al caso del meme, recurso que les fue resulto de manera favorable. Por eso, el 5 de febrero, un día después de ser notificada de esa nueva resolución, LPG publicó en su portada un gran titular de ocho columnas que decía lo siguiente: “Nayib Bukele ligado a ciberfraude”. Debajo aparecía una fotografía del susodicho junto a este texto: “Informe de peritos señala al alcalde como cerebro de los ciberataques contra La Prensa Gráfica. Evidencia obtenida de computadoras, móviles y usbs decomisados en la empresa Bunker”.

Ya en el despliegue de la noticia se apunta:

“Los expertos en tecnología, juramentados por el Juez de Paz de Antiguo Cuscatlán, presentaron su informe, y, según detalla el documento, ellos consideran que se encontraron evidencias sólidas para procesar penalmente al alcalde Bukele y al resto de sospechosos identificados como José Carlos Navarro, Andrés Ortiz Lara; Óscar Domínguez, Hugo Gilmar Erazo, Mayra Morán y Sofía Medina, esta última una de las personas de confianza de Bukele en la comuna y actual directora de comunicaciones”.

La información puntualizaba que todas las evidencias habían sido extraídas de las computadoras, usbs y teléfonos móviles decomisados a los presuntos culpables:

“El informe técnico detalla que en los equipos analizados encontraron una serie de conversaciones a través de Whatsapp y Telegram, correos electrónicos y llamadas telefónicas que demuestran la acción deliberada de realizar los ataques contra La Prensa Gráfica y su presidente y director general, José Roberto Dutriz, así como acciones contra El Diario de Hoy y su director ejecutivo Fabricio Altamirano”.

En la publicación se mostraban además varias capturas de pantalla con algunas de las mencionadas conversaciones.

El 16 de febrero, once días después de esa y otras portadas similares publicadas por La Prensa Gráfica y replicadas por El Diario de Hoy, los sospechosos identificados en el referido peritaje técnico fueron capturados y procesados.

Aparentemente se trataba de un jaque mate contra Nayib Bukele. Pero solo aparentemente. Las portadas de La Prensa Gráfica y de El Diario de Hoy no solo habían sido falsas con respecto al supuesto “Robo del Siglo”, caso pensiones, sino que también lo eran respecto al supuesto ciberataque, caso juicio del meme.

(Continuará)