A pesar de que altas autoridades del Ministerio de Justicia y Seguridad y de la Policía Nacional Civil (PNC) afirmaron tener ubicados a los asesinos de un agente de la corporación, su esposa, una hija y un sobrino, aún no se ha capturado a los asesinos.
El asesinato del agente Walter Antonio Guardado, de 30 años; Maritza Varela, su esposa; quien tenía seis meses de embarazo; Gissele Guardado, de cuatro años; hija del policía y David Esaú Joya, sobrino del agente, fue cometido el pasado 1 de noviembre en una finca del cantón Potosí, de Coatepeque, departamento de Santa Ana.
En el sepelio de las víctimas, el pasado viernes 3 de noviembre, el viceministro de Justicia, Raúl Antonio López, afirmó que ya tenía la ubicación de los criminales, a quienes hizo un llamado a que se entregaran a las autoridades.
Por su parte, el subdirector de la PNC, César Flores Murillo, también dijo expresó que ya tenían información sobre quiénes fueron los autores de la masacre, pues habían capturado a uno de los asesinos, quien les reveló las identidades y que son pandilleros que residen en la misma zona del múltiple crimen.
Sin embargo a nueve días de la masacre, las autoridades policiales y fiscales continúan sin dar detalles acerca de si ya capturaron al resto de asesinos, a pesar de que dijeron que si no se entregaban a la justicia los iban a ir «a sacar de sus guaridas».