En Panamá, el alza de los precios del combustible, junto a los numerosos casos de corrupción de las instituciones gubernamentales, han puesto al país centroamericano al borden de un estallido social, que ha provocado una de las mayores olas de protestas en 30 años.
Las protestas de las últimas semanas, han provocado el cierre de las escuelas públicas, paro en el transporte público y llamados a unirse a la huelga, mientras que la oficina de a ONU en Panamá busca intervenir para detener los conflictos.
El descontento ha sido producido luego que se reportara una inflación interanual de 4,2% en mayo y una tasa de desempleo del 10% y un aumento del combustible del 47%, llegando a valer $5,17 el galón.